Significado del Día de Acción de Gracias
"Muchas gracias Dios, Padre Celestial
por todas las bendiciones que nos das"
por todas las bendiciones que nos das"
Testimonio:
Aferrada a las raíces fuertes
Melsida Hakobyan, Armenia
Melsida Hakobyan, Armenia
Thanksgiving, es una fiesta con mucha historia en Canada y en Estados Unidos, es el momento de dar gracias por todo lo recibido durante el año y para ello en Canadá y Estados Unidos, en diferente fecha, se celebra el Día de Acción de Gracias (en inglés: «Thanksgiving»").En Canadá se celebra el segundo lunes de octubre y en los Estados Unidos el cuarto jueves del mes de noviembre. Regularmente es un gran festejo familiar, en el cual las personas se reúnen con sus parientes en torno a la mesa, donde el centro suele ser un pavo
¿Por qué el día de Acción de Gracias se celebra primero en Canadá que en los Estados Unidos? Debido a que Canadá está al norte de los Estados Unidos, su cosecha llega primero en el año. Por consiguiente, la festividad de Acción de Gracias llega más temprano a Canadá que a los Estados Unidos.
En el 1879, el Parlamento Canadiense separó el 6 de Noviembre para una observación de acción de gracias anual. En el 1957, la fecha se movió para una fecha todavía más temprana, siendo ésta el segundo Lunes de Octubre."
Historia
La primera celebración del día de Acción de Gracias ocurrió en Canadá cuando Martín Frobisher, un explorador de Inglaterra, llegó a la Terranova en 1578. Él quiso dar gracias por haber llegado sin contratiempos al Nuevo Mundo. ¡Esto significa que la primera celebración del día de Acción de Gracias en Canadá fue celebrada 43 años antes de que los peregrinos lleguen a Plymouth, Massachusetts!, que es la historia en EE.UU.
En Estados Unidos esta fiesta también está íntimamente relacionada con los primeros eventos de la colonización inglesa en el Nuevo Mundo. En 1621 un grupo de colonizadores cristianos, que posteriormente serían conocidos como peregrinos, viajó a América a bordo del barco Mayflower. Desembarcaron en el mes de noviembre, a fines del otoño septentrional, en la costa de Massachusetts (en la costa este de Estados Unidos) cumpliendo sus propósitos al establecer la Colonia de Plymouth. El riguroso invierno en esas latitudes les tomó por sorpresa, sin tener tiempo para prepararse para duras condiciones de privación y frío. Del centenar de peregrinos no sobrevivieron la mitad de ellos. Los que lo lograron, debieron su suerte a la ayuda y alimentos que los nativos de la zona, los indios Wampanoag, les proporcionaron.
En el otoño de 1622, ya establecidos y con la primera cosecha recolectada, los sobrevivientes decidieron compartir sus frutos con los indios que les ayudaron cuando ellos no tenían recursos. El gobernador de la colonia proclamó "un día de dar gracias al Señor para que podamos de una manera más especial regocijarnos después de haber recogido el fruto de nuestro trabajo".
Esa pacífica convivencia con los nativos duraría pocos años, ya que la masiva afluencia de colonos europeos y la ocupación creciente de los territorios de los indígenas les llevarían a enfrentamientos continuos. El resultado de tales confortamientos fue la casi total exterminación de los indios Wampanoag. Tras la llamada guerra del Rey Philip en 1675, sólo sobrevivirían 400.
La cena de Acción de Gracias
La mayoría de personas en Canadá celebran esta fiesta con reuniones familiares en sus hogares donde preparan un banquete. En muchas casas es común ofrecer una oración de gracias. El plato principal tradicional para la cena es un gran pavo asado. Este pavo tradicionalmente va acompañado con un relleno. Se sirve tradicionalmente con una jalea o salsa de arándano rojo (en inglés "cranberry sauce"). Además suelen servirse platos de verduras como las judías verdes (green bean casserole), la batata dulce y el puré de patata con una salsa hecha del jugo del pavo, al igual que una multitud de postres, siendo el pastel de calabaza el más popular. También son populares el pastel de pacana y el de manzana.
El Día de Acción de Gracias es un día de fiesta celebrado en Canadá y los Estados Unidos. Tradicionalmente, es un día de gracias por la cosecha del otoño. En Canadá se celebra el segundo lunes de cada octubre y en Estados Unidos se celebra el cuarto jueves de noviembre, aunque originalmente se hacía el último jueves.
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Aferrada a las raíces fuertes
Melsida Hakobyan, Armenia
Cuando era niña de edad escolar en Rusia, leí un cuento aterrador acerca de dos niños que se toparon con un oso en el bosque. Años más tarde, después de que llegué a ser maestra, algunos amigos me invitaron a acompañarlos a una excursión para juntar hongos. Aunque el bosque todavía me asustaba, les dije que iría con ellos.
Al entrar en el bosque, agarré un palo para poder defenderme en caso de que me topara con un oso. Mis amigos no tardaron en encontrar los hongos marrones que estaban buscando; yo, por el contrario, estaba buscando hongos de color rojo brillante, así que me encaminé en una dirección diferente. Cuando quise darme cuenta, me encontraba sola.
Mientras buscaba, resbalé y me caí; la canasta para hongos voló por los aires, pero me agarré fuerte del palo; cuando intenté levantarme, me di cuenta de que el suelo estaba cubierto de lodo y pegajoso. Llena de espanto, ¡me di cuenta de que me encontraba en un pantano! Las botas de goma se me llenaron rápidamente de agua y empecé a hundirme; traté de mover las piernas, pero, en vez de liberarme, me hundí más. Cuando el lodo me llegó a la cintura, me sobrevino un profundo temor.
Llamé a gritos a mis amigos, pero la única respuesta que oí provenía del zumbido de las libélulas y del croar de las ranas. Al comenzar a sollozar, de repente recordé a mi madre, que cada vez que se encontraba en una mala situación, oraba. A menudo me invitaba a orar, pero yo siempre me negaba y respondía: “Dios no existe”.
Sin embargo, al encontrarme en aquello que pronto habría de convertirse en mi húmeda tumba, no me quedaba otra cosa qué hacer más que orar y suplicarle a Dios que me ayudara. “Si existes, ¡por favor, ayúdame!”, exclamé.
Casi de inmediato oí una bondadosa voz que me decía: “Cree y no temas. Aférrate de la raíz fuerte del árbol”.
Al mirar a mi alrededor, vi detrás de mí la enorme raíz de un árbol. Con la ayuda del palo, pude agarrarme de ella y algo me dio después la fuerza para salir del pantano.
Cubierta de lodo, caí a tierra y le di gracias a Dios por contestar mi oración. Ya creía que Él vivía; había sentido Su presencia y oído Su voz, y Él me había dado la fuerza para salir del pantano.
Poco después, cuando los misioneros de tiempo completo me enseñaron que el profeta José Smith había recibido una respuesta a su oración en la Arboleda Sagrada, les creí. Después de todo, Dios había contestado mi oración en un bosque. Me aferré a las fuertes raíces del Evangelio, me bauticé poco después y en la actualidad presto servicio en la Rama Gyumri, en Armenia.
Sé que nuestro Padre Celestial ama a todos Sus hijos y estoy agradecida por ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. También agradezco todas las otras bendiciones que he recibido de mi Padre Celestial, sobre todo Su respuesta a la oración de una persona atea que se encontraba en el bosque hace muchos años.
Cuando el lodo me llegaba a la cintura, me sobrevino un profundo temor. Llamé a gritos a mis amigos, pero la única respuesta que oí provenía del zumbido de las libélulas y del croar de las ranas.
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